jueves, 3 de junio de 2021

Distant Worlds: Universe

 


Si tuviese que escoger un 4x espacial de entre todos los que hay, me quedaría con éste sin dudarlo. Lo de «4x» indica los factores que definen al género: explorar, explotar, expandir y exterminar. En este caso, todo se lleva a cabo con naves espaciales que buscan planetas para colonizar, minar o conquistar; aunque las condiciones de victoria varían en cada imperio y algunos pondrán más énfasis en el comercio, por ejemplo. No todos estarán muy interesados en guerrear. Si tienes suerte, te tocarán vecinos tranquilos; si no, tendrás que vértelas con alguien sediento de sangre y poco dispuesto a las charlas amistosas. Ese azar, unido a la aleatoriedad del mapa, es uno de los encantos del género. No hay dos partidas iguales. 

Lo que hace que Distant Worlds sea diferente, además de sus gigantescas dimensiones en todos los sentidos, es que el universo está vivo: mientras tú te encargas del estado, el sector privado irá construyendo y comerciando por sí mismo. Recuerdo una partida donde el sector privado comerciaba con los mismos piratas que estaban extorsionando al imperio. ¡Todo por la pasta! Y si encuentras un buen paisaje donde construir un centro turístico, enviarán naves de pasajeros dispuestos a perder el tiempo y soltar billetes. Estos centros pueden tener sus propias defensas, cazas que se zamparán a cualquier molesto pirata con ganas de juerga. 

Los piratas no se parecen a los que suelen encontrarse en juegos similares. Primero te ofrecerán un pacto: «dame un generoso estipendio a cambio de mi protección, amigo». Por supuesto, no tardarán ni un segundo en atacarte si no les pagas. Es lo que hay. También te darán información interesante de vez en cuando, como la ubicación de una colonia o el mapa de algún sector desconocido. El jugador debe valorar si le conviene tener tratos con ellos, porque en caso contrario harán incursiones donde más duela. Ah, y es posible jugar partidas siendo pirata; aunque nunca lo he probado y no sé si será entretenido. Seguro que sí

El jugador puede verse abrumado por la inmensa cantidad de tareas que aparecen a lo largo de las partidas, pero puede delegar lo que quiera a la IA. Eso sí, un humano con cierta experiencia será mejor. Yo manejo las naves exploradoras al principio, cuando me interesa que busquen planetas colonizables lo más cerca posible; si se las dejase a la IA, se irían al quinto pino. Las naves constructoras, en cambio, las automatizo porque su tarea es repetitiva y tediosa. Sólo les doy órdenes si aparece algo interesante en el mapa para reparar, como el pecio de una nave capital, o si he encontrado uno de los tres recursos más raros de la galaxia. Uno de ellos, por cierto, es un homenaje a Dune. ¿Adivinas cómo se llama y en qué tipo de planeta se encuentra? 

Las batallas, porque tarde o temprano habrá batallas, son espectaculares y a tiempo real. Naves de todo tipo atacándose con el armamento que hayas elegido investigar. Hay un árbol tecnológico entero dedicado a las armas —este juego tiene tres árboles que se van investigando a la vez—, y será importante estudiar la situación para saber en qué rama conviene avanzar. Un imperio de comerciantes, verbigracia, querrá tener buenas defensas porque no ganará nada con las guerras; así que tendrá bases defensivas que serán auténticos avisperos de cazas, entre otras cosas. Necesitarás una flota considerable si quieres hacerles daño. 

Distant Worlds es enorme. Llevo jugando unas cuantas horas y tengo la sensación de que sólo he visto la superficie sin haber metido todavía ni un mod, porque hay un montón: Star Trek, Star Wars, mejoras de IA, más razas... 

Una de las pocas críticas que se le hace al título es que se vuelve caótico en las fases finales, cuando tu imperio domina un buen pedazo del mapa. Yo discrepo con ella porque el juego te ofrece las herramientas necesarias para que eso no ocurra. Es cierto que el mapa es enorme, que las naves son muchas, que los piratas pueden colarse por el sitio más inesperado; sin embargo, basta con prestar atención a las alertas y reducir la velocidad durante los momentos peligrosos. También hay que saber asumir pérdidas: a veces resulta imposible defenderlo todo... a menos que inviertas una buena suma de dinero en ello. 

Personalmente, lo que no me gusta es diseñar las naves; se me hace tedioso. Hay quien lo disfruta, pero yo prefiero dejárselo a la IA aun sabiendo que es peor. Lo demás me parece perfecto. Tengo curiosidad por ver si la segunda parte será tan buena, porque va ser muy difícil que derrote a la primera. Ojalá que la compañía se supere a sí misma. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario