Iba a empezar explicando durante varios párrafos que no soy un experto en Superman, ni mucho menos, ya que apenas leí diez cómics suyos; pero creo que si él existiese, me pondría una mano en el hombro y me diría que sé lo suficiente. Se trata de un personaje que transmite luz, bondad, una preocupación y altruismo sinceros hacia los demás. Salvando las distancias, me recuerda un poco al príncipe Rama: cuando éste debe matar a Kumbhákarna, siente compasión por él. A veces hay fracaso en la victoria, porque se elimina a alguien que habría sido un amigo excepcional. Pienso que Superman siente lo mismo cuando derrota a algunos villanos.
Lo primero que debo decir del Superman de Gunn es que me impresionó: el filme es una explosión de escenas espectaculares, combates que buscan, y logran, dejarte con la boca abierta. Y no solo eso: también está construido muy inteligentemente, porque los giros y momentos catárticos suceden en el instante adecuado. En consecuencia, no puedo evitar sorprenderme con algunas críticas duras que encontré por internet. Superman no es una mala película, sino todo lo contrario. Si tuviese que ponerle una nota, sería un ocho. Es muy poco habitual, créeme, que no me aburra ni un minuto viendo algo en la tele o el cine.
Siempre me gustó más Batman que Superman, pero Gunn ha conseguido que ahora tenga dudas sobre cuál es mi preferido. Espero que podamos ver una colaboración de ambos en el cine; sería fabuloso.
Los otros personajes que aparecían en los avances me daban mala espina; los veía algo sosos. Sin embargo, debo quitarme el sombrero porque cada uno es carismático a su manera. Además, sirven de contraste ante un Superman benévolo, preocupado en todo momento por el bienestar de los ciudadanos. Es sorprendente cómo brillan en algunos momentos del filme. Seguro que podrían protagonizar sus propias películas, aunque no sé si eso sería una buena idea en este momento. Espero, al menos, verlos de nuevo en futuras producciones. Nathan Fillion —¡Firefly!— lo hace fenomenal; Gathegi encarna a un Terrific cautivador; e Isabela Merced, aun siendo más secundaria, da un buen remate al equipo.
Pero quien destaca de verdad es Luthor, un tipo poderoso y rodeado de adláteres que está dispuesto a cualquier cosa con tal de eliminar a Superman, a la única barrera que le impide lograr sus fines malévolos. ¿Podría verse a Superman, en este caso, como una alegoría del estado y a Luthor como un empresario anarcocapitalista? Es posible. El caso es que Luthor me pareció fantástico: no tiene ningún escrúpulo, lo cual hace que su desenlace sea especialmente emotivo. No diré por qué para evitar un destripamiento. Las posibilidades que se abren en el futuro no son pocas... y algunas me parecen muy entrañables.
Amén de los personajes memorables, la acción deslumbrante y demás, hay un mensaje subyacente muy mordaz contra la volatilidad de las opiniones en internet: grupos de usuarios pueden pasar del amor al odio en un parpadeo. Para ello entran en juego los sesgos, las noticias falsas o los rumores. Creo que el propio Gunn se vio envuelto en una caza de brujas, así que el mensaje cobra un mayor sentido.
Ojalá Superman recaude lo necesario y podamos ver cómo crece este universo. Yo pienso que va por buen camino, ya que superó los doscientos millones en unos pocos días. Sería una lástima que esta etapa del cine de superhéroes terminase sin que DC hubiese tenido una última oportunidad. De momento, la está aprovechando bien; pero el resto de películas deben mantener el nivel. Aunque no es necesario que sean obras maestras del género, tienen que darle al público una excusa para visitar los cines de nuevo. Y eso no va a ser sencillo.
Es evidente, supongo, que la versión de Snyder no me pareció interesante. No considero que sea un mal director, pero su estilo encaja mejor con Batman. Gunn nos dio al verdadero Superman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario