domingo, 3 de abril de 2022

Rogue Dungeon

 

Mientras pasaba el rato con un roguelike de los clásicos, NetHack, tuve una idea: sería genial que existiese un juego de mesa basado en él, algo que transmita las mismas sensaciones; así que cogí el rifle, me puse el salacot y exploré las peligrosas junglas de internet. Al cabo de un rato, encontré lo que buscaba en Steam: la versión digital de un juego que bebe directamente de los rogues. Su ventaja frente al físico es la comodidad de no tener que prepararlo todo antes de cada partida, aunque no sé si tendrá el mismo contenido. 

Después de probarlo durante unos días, lo recomiendo: es prácticamente un rogue con cartas y dados. Hay riesgo, azar, muertes injustas, trampas... todo lo habitual en el género. Además, es muy sencillo de aprender y las partidas no ocupan demasiado tiempo, sobre todo si mueres en los primeros pisos del calabozo. Morir es muy frecuente en los niveles de dificultad más altos, porque no se permite ni un error a la hora de gestionar lo que va sucediendo. Y algunos de los enemigos finales son todo un quebradero de cabeza. Cuando aparece un vampiro y no tienes ajo, te dan ganas de explicarle que está equivocado, que los vampiros en realidad brillan durante el día y son modelos de perfumes. 

El sistema de combate es sencillo. Se tira un dado de diez y se suma el resultado al atributo de ataque. Si éste supera al ataque del monstruo, recibe daño; si no, lo recibe el personaje. Así de simple. Lo que pasa es que hay más complejidad de lo que parece: el atributo de ataque se incrementa gastando experiencia en la habilidad principal de héroe, que puede ser fuerza, agilidad o intelecto. Si inviertes más de la cuenta en esa habilidad, las otras dos se quedarán demasiado bajas para superar los diferentes chequeos que van surgiendo —superar trampas, sortear peligros, etcétera—. Por si fuese poco, también se incrementa con experiencia la vida y la suerte. 

Eso de los chequeos puede parecer una tontería, y lo es en algunas ocasiones donde fallar supone sufrir una única herida; pero a veces hay eventos donde el castigo es muy elevado. Con «muy elevado» quiero decir que es posible perder la partida directamente. El juego es duro. Por suerte, durante la aventura es posible hallar seguidores que ayudan en las tiradas; aunque hay una carta que te los puede arrebatar. También hay objetos que pueden eliminar a algunos enemigos de forma directa, como el ajo antes mencionado. 

Los personajes están bien diferenciados y son bastantes: paladín, asesina, monje, aristócrata, maga... El paladín, por ejemplo, tiene una carta para destruir no muertos, y la asesina aumenta su daño cuando obtiene nueves y dieces. Estos detalles hacen que la partida sea distinta dependiendo del personaje que elijas; en consecuencia, la vida del juego se alarga mucho. No es que sea especialmente duradero, pero puede dar un buen número de horas. En Steam hay algún jugador con alrededor de treinta. A mí me parece bastante porque su precio no es muy alto. Si le añaden más elementos en el futuro, puede ser un título imprescindible para los pocos que busquen algo parecido.