jueves, 21 de septiembre de 2023

Ladrón y asesino

 

A nadie se le habrá escapado que hay una nueva imagen en el blog: la cubierta de una novela que se publicó en Orpheus. Es lo último que he escrito. Mi intención era publicarla aquí mismo, así que sólo la envié a cinco editoriales por si las moscas. Para que te hagas una idea, el mensaje de presentación era esto: «Hola. Voy a publicar esta novela en el blog. Agradeceré cualquier consejo que podáis darme. Saludos». Estaba agotado de mover obras por editoriales y tomé la decisión de que Orpheus iba a ser la última. Y fueron justo ellos los que se interesaron en mi novela. Como no creo en el destino, digamos que fue casualidad. 

También había enviado antes un par de obras a una editorial que acababa de abrir la recepción, pero sabía —ojo, no estaba seguro, sabía— que serían rechazadas. Eran dos viejas novelas escritas hace tiempo y de calidad inferior. Simplemente, deseaba afianzar mi juicio sobre ellas. 

¿Y de qué va Ladrón y asesino? Pues de un pícaro malvado, astuto y ambicioso. Alguien con la necesidad de llenar un vacío que lo corroe desde dentro. La crítica al consumismo es evidente, pero no la hago desde las alturas, sino desde abajo; yo también he sido criado en ese sistema y me encuentro bajo su influjo. Dejando eso a un lado, lo que vas a encontrar es una historia ágil, sencilla y cargada de acción. El protagonista no es reacio a meterse en combates siempre y cuando tenga posibilidades de ganar. Además, es capaz de saltarse cualquier código moral si con ello logra sus metas. Hace honor al título de la novela. 

El mundo en el que se mueve está poblado por criaturas de la mitología patria, muchas de ellas asturianas. Me pareció interesante usarlas para diferenciarme de otras novelas similares, amén de que son muy interesantes para construir historias. Fue muy entretenido introducirlas en las escabrosas aventuras del prota. De hecho, no descarto volver a usarlas en el futuro. 

Podría haber seguido escribiendo pequeñas novelas de espada y brujería con el mismo personaje, pero al final decidí olvidarme de él. Quizá regrese más adelante, cuando haya escrito novelas de otra índole y me apetezca hacer travesuras de nuevo. Por ahora, prefiero explorar nuevos mundos y posibilidades. Considero, igual que Alan Moore, que crear lo mismo una y otra vez es la muerte del artista. Por si fuese poco, seguro que acabaría aburriéndome, lo cual se traduciría en un descenso pronunciado de calidad. Si me aburro, lo que sale no merece la pena. Supongo que no podría ser un autor profesional, porque necesito mucho tiempo y ganas para hacerlo bien. 

Ahora mismo estoy escribiendo la siguiente novela que, con suerte, tal vez llegue al papel. Depende de dos factores: tiene que gustarle a la editorial y debo estar satisfecho con el resultado. Mi meta es publicar unas pocas obras que sean realmente buenas. No obras maestras, ni mucho menos; pero que diviertan al lector, que cumplan con su cometido. De momento, Ladrón y asesino fue muy entretenida para los que la leyeron. Eso me alegra y me sirve de estímulo. 

A ver si hay suerte y consigo superarme.