martes, 15 de octubre de 2019

Armageddon Empires, una joya en la oscuridad


Después de tener este juego en mi disco duro durante años, resistiendo como ningún otro el temible paso del tiempo, ha llegado la hora de recomendarlo, porque eso es lo único que se puede hacer con un título de este calibre: aconsejar su adquisición. Si te gustan los 4X, ni lo pienses; tal vez estés ante uno de los mejores que se han diseñado hasta el momento. Algo así sólo podía salir de una compañía independiente con libertad absoluta. 

La primera sensación que produce suele ser extrañeza, sobre todo al descubrir que es necesario montar un mazo para jugar; pero una vez que se comprenden los numerosos e intrincados mecanismos, lo que queda es una maravilla. Pasarás horas descubriendo qué cartas tiene cada una de las cuatro facciones: humanos, máquinas, mutantes y alienígenas. Las ilustraciones son muy chulas, con guiños a películas como Mad Max. Una vez incluso me encontré a Humungus y su tribu por el mapa.


Escogida una facción y montado el mazo, comienza lo bueno: se generará un mapa aleatorio donde debemos situar nuestra base y buscar recursos para sacar rápido nuestras cartas, que pueden ser unidades militares, espías, asesinos, minas... Por supuesto, tienen diferentes costes: no es lo mismo un perrillo mutante que un coloso de metal. Y a veces, por muchos recursos que tengas, será imposible pagar el precio de una criatura cara; el orden de iniciativa es aleatorio durante todos los turnos, y la posición determina los puntos que pueden usarse para realizar acciones. ¿Quieres mover ese tanque? Paga. ¿O te apetece sabotear una instalación. Paga también. Las cartas tienen un coste de acción al ser jugadas, y las más valiosas te exigirán quedar el primero o segundo en iniciativa. 

Se pueden usar recursos para mejorar la tirada de iniciativa, pero eso ralentizará la estrategia. Depende de cada jugador hasta qué punto quiere arriesgarse. A mí me parece un sistema muy divertido. Es cierto que la suerte no siempre acompaña; sin embargo, hay que tener en cuenta que a la inteligencia artificial tampoco le va a salir todo bien. Y menos mal, pues estamos ante el punto fuerte del título: una de las mejores IA del género.


Mi primera partida fue rápida: subestimando a la IA, opté por dejar la base sin defensa durante los primeros turnos. ¿Qué podría suceder? Pues que se colase un monstruo y la conquistase en un abrir y cerrar de ojos. Eso sucedió. La segunda partida fue mejor... hasta que un imperio enemigo me atacó en un mismo punto sincronizando dos enormes ejércitos. ¿Una IA haciendo asaltos sistemáticos y sincronizados? Casi no podía creerlo. Por supuesto, no tardé en averiguar que asimismo era capaz de retirarse cuando el asunto no estaba claro, de acosar a tus generales con asesinos, de capturar objetivos y defenderlos... Impresionante. En más de una ocasión pensé que jugaba contra otro humano.

Por desgracia, el juego no es perfecto; tiene un par de problemas que echarán para atrás a más de uno. Primero, carece de multijugador. Aunque las partidas en solitario son muy divertidas, se echa en falta poder jugar por correo u online. Y segundo, los combates son excesivamente lentos. Una batalla grande llevará veinte minutos, más o menos. Depende de cómo sean las tiradas, porque en cada ataque se usan dados: fuerza contra defensa.

No hace mucho apareció una nueva versión en SteamLast Days of Old Earth; pero no ha superado al original. Una pena. Si estás planteándote comprar el clásico, en youtube tienes los vídeos de una partida en español. Y la página del juego es http://www.crypticcomet.com.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Es muy poco conocido, por desgracia; pero merece la pena. Da muchas más horas de entretenimiento que otros títulos de mayor presupuesto.

      Eliminar