viernes, 14 de junio de 2019

¿El ciclo de Trántor será llevado a la televisión?


Ahora que series como The Big Bang Theory o Juego de tronos han llegado a su fin, parece un buen momento para que una de las historias más célebres de la CF aparezca en escena. Tiempo atrás se extendió la noticia de que Apple se encargaría del proyecto; así que la posibilidad de ver a Hari Seldon en la tele, hablando en la bóveda, y a Hardin diciendo aquello de «La violencia es el último recurso del incompetente», está a la vuelta de la esquina. 

Esa frase, por cierto, es fácilmente desmontable —a Maquiavelo le daría un ictus si la leyese—; pero no está mal como norma a seguir. Y es cierta en determinados contextos. En general, tiene más mérito recurrir a la astucia antes que a la espada. 

Volviendo a la serie, a mí me gustaría verla. Quizá no tenga mucho éxito y se cancele como ocurrió con otras, ya que pesa una maldición sobre el género; sin embargo, si se hace bien, el resultado sería espectacular: escenarios fabulosos, batallas, personajes carismáticos. Todo eso acompañado de una banda sonora que esté a la altura, haría las delicias del aficionado medio. Por algo las novelas han superado la prueba del tiempo y siguen en las tiendas. Lo malo es que quien las haya leído tal vez no la disfrute tanto, pues sabe cada uno de sus secretos. Esto es negativo porque hay giros importantes que dependen mucho del factor sorpresa para su efectividad. Si quieres morir despacio, destrípale el final de Fundación e imperio a alguien.

Personalmente, preferiría que los guionistas se tomasen unas cuantas libertades. A veces lo que funciona en el papel no lo hace en la pantalla, como el kraken en el primer libro de El señor de los anillos. Ahí sólo aparecen unos tentáculos, lo cual es suficiente para estimular la imaginación del lector. En el film, en cambio, se optó por una manifestación explícita con el objetivo de ofrecer mayor espectáculo. Son dos lenguajes distintos. Además, separarse un poco de lo escrito supone introducir novedades que le den frescura. Sé, eso sí, que muchos prefieren fidelidad absoluta al texto original, y lo respeto. Yo vería esta serie incluso si me cuentan otra vez lo mismo; tengo curiosidad por saber cómo construirán algunas escenas y decorados. Y por quiénes conformarán el elenco, claro.

¿Y cuál será el resultado final? ¿Un bodrio? ¿Una mediocridad? ¿Lo mejor del año, de la década? O una crueldad: algo excelente que se cancela por su baja audiencia. O más cruel aún: una quimera, un proyecto del que se habla mucho, pero jamás germina.

Ojalá llegue a término y podamos contemplar en las pantallas cómo un inmenso imperio del futuro puede desmenuzarse sin remedio. Si la memoria no me engaña, creo que una de las inspiraciones de Asimov fue la obra de Gibbon, Historia de la decadencia y caída del imperio romano. Son cosas que pasan: «La historia no se repite, pero rima», dijo Twain. Y lo que sucede en estas novelas se encarga de recordárnoslo. 

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